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La Ideología de Género
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La Carta de la Tierra
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La Ley Ética Universal
Pekín (de toda la vida de Dios), 1995
¿Qué es el «Género»…? El género
se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos
socialmente que se asignan a uno u otro sexo. (¿Mande…?) El sentido del término
«género» ha evolucionado (punto); diferenciándose de la palabra «sexo» para
expresar la realidad de que la situación en los roles de la mujer y del hombre
son construcciones sujetas a cambio.
Esto se ha convertido en “hoja de
ruta” (plan de actuación, agenda, proceso, programación, planificación… por sus
siglas en español), de la ONU. Se piensa aplicar, se está aplicando,
introduciéndola en las legislaciones nacionales y eliminando todo lo que se
oponga a ella. Los sexos, tal y como los hemos conocido, no son nada más que
producto de una educación: machista, patriarcal, que por supuesto ha
establecido estos criterios para someter a la mujer indefinidamente y además
someterla por completo. Por tanto, la alternativa, es simple: no eres mujer o
eres hombre, te enseñan a ser una cosa o la otra; al igual que la eventual
atracción hacia el otro sexo, la cual se puede dar o no. Al envolver todo esto
en el paraguas de la «Libertad», todo se convierte en opcional. Podría oírse,
igualmente, que esto es fruto del consenso; «consenso» que automáticamente se
convierte en sinónimo de «calzador», pues no con otra cosa se han sustituido en
los articulados que correspondan: cónyuge A, cónyuge B, progenitor A,
progenitor B… Un cambio de modelo social absoluto, radical y profundísimo. No
se le ha preguntado a nadie; se aplica desde organismos internacionales (y
punto, una vez más).
La maternidad, por ejemplo, se ha
convertido ya en un trabajo reproductivo que es un lastre, liberando a la mujer
de este trabajo por medio del aborto, entre otros métodos, el cual es
considerado como un ‘derecho’; y que vendría a ser una conquista más. Otro
ejemplo podemos encontrarlo en la creación de términos tales como «homofobia» o
«transfobia». Si no le pones palabra a la cosa, vamos mal. Homófobo es
cualquiera que no vea todo esto como algo perfectamente natural y defendible.
Son términos muy buenos, ya que la partícula ‘fobia’ es una actitud condenable,
aquí pensar de otra forma no cabe; la ‘fobia’ hay que tratarla, es un
desequilibrio y el desequilibrado eres tú si no estás de acuerdo con esto. De
ser un desequilibrado a estar tipificado en el Código Penal no hay más que un
paso. Ya no depende tampoco de una militancia política; los grandes partidos lo
han aceptado como propio, pues de otro modo corren el riesgo de no ser
homologados por los demás partidos. «Deconstruir», un eufemismo de «destruir»,
al modo de «tolerancia cero» para expresar realmente la «intolerancia»,
vendrían a ser otros ejemplos; hay que «deconstruirlo» todo: «ordo ab chao»,
que le dicen a los aprendices, «ordo ad chao» mediante.
En todo caso, el éxito de esta
ideología, con los excesos y exageraciones absurdas que se quieran, que se
hayan dado o que estén por llegar, forzosamente habrá de tener un fundamento de
verdad, un fulcro en el que apoyarse. No es simplemente el resultado de uno o
varios desquiciados (una o varias desquiciadas) que han alcanzado posiciones
con un poder coercitivo sin precedentes, aplicándolo de manera arbitraria. Si
suponemos que a veces los noticiarios no mienten, es evidente, por ir a los
casos extremos, que hay mujeres que mueren a manos de hombres. El argumento
radical, no sería la primera vez que se oye, es que mueren por el hecho de ser
mujeres; y cuando se replica que no es del todo cierto ya que muchos de esos
hombres no matan a cualquier mujer sino a la ‘suya’, pues para qué queremos
más, el posesivo es un problema. No hay réplica posible cuando de lo que se
trata es de secuestro y/o violación; aquí ya no es la ‘suya’… y argumentar que
‘lo estaba pidiendo a gritos’ no parece muy convincente. Tampoco podrá negarse
el negocio, esperemos que residual, de la mala fe que lleva a las denuncias
falsas; un modo tan cruel o más de llevarse una vida por delante. Sería
deseable que, una vez pasen las primeras y segundas fiebres, las cosas
encontraran unos quicios más equilibrados y racionales; esperando, eso también,
que no llegue a imponerse una castración de hombres generalizada y sistemática.
Cuidado con la hilaridad que algunas situaciones producen (oír miembro/miembra,
portavoz/portavoza), porque es un asunto muy delicado, muy serio y ha venido
para quedarse.
Paris,
2000, Unesco
Al
decir de la wiki, la versión final de «La Carta de la Tierra» se aprueba por la
Comisión en la reunión celebrada en la sede de la Unesco en París en marzo de
2000. Su lanzamiento oficial tiene lugar en el Palacio de la Paz en La Haya el
29 de junio de 2000, en un acto presidido por la reina Beatriz de Holanda. Sus
antecedentes se remontan a 1982 con La Carta de la Naturaleza en la Asamblea
General de la ONU, a 1987 con el Informe Brundtland de la Comisión Mundial de
Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, a 1990-92 en la Cumbre en Río,
a 1997 en Kioto y a otras comisiones y reuniones hasta su versión final. Gorbachov,
al parecer en su preámbulo, nos viene a decir que estamos en un momento crítico
de la historia en el cual la humanidad debe elegir su futuro. Está claro que
con todas estas intenciones nos están llevando hacia un bien, hacia algo bueno
para el planeta, hacia una globalización más justa, más pacífica, más ecológica
y más sostenible. Todas las palabras son magníficas.
En
el asunto también interviene el aspecto religioso y no sólo un mero y eventual
respeto hacia la naturaleza y la Tierra, como hogar de la llamada ‘comunidad de
la vida’. El ámbito de la «Carta», de manera estricta, no es el religioso ni el
de la fe personal; pero no será por falta de ganas en invadir y desbordar. La
referencia “al todo más grande, del cual somos parte” ha sido traducida por
algunos como alusión a un posible panteísmo filosófico. Si el término «todo» se
hubiera escrito con mayúscula podría haber dado pie a ese tipo de
especulaciones, pero al parecer viene a referirse aquí al «universo», sin que
su campo tenga por qué tener una proyección filosófica. La cita respecto a “la
reverencia ante el misterio del ser”, les es suficiente; pudiéndose interpretar
por cada cual, sea de la tradición que sea, como le venga en gana… y así es
válida para todas las partes. Cabría preguntarse por qué, si dicen no querer
tener una proyección filosófica, se meten en jardines del ‘misterio’ y sobre
todo del ‘ser’; sin mencionar el por qué estas cosas deben mover a la
‘reverencia’.
El
lenguaje, como es natural, sigue siendo muy importante; el desarrollo
sostenible quién no lo desea, no dañar los recursos naturales, permitir ese
desarrollo sin romper una cadena ecológica, que los hombres deben respetar
desde luego, van creando la ilusión de que están trabajando en la buena
dirección. Pero cuando luego se ve lo que están haciendo con la «Carta»
propiamente dicha, y lo que ella misma dice, nos damos cuenta que es algo muy
distinto de lo que estamos hablando. Es cierto que en la cumbre de Río se habla
de ecología, de cómo hay que defender el planeta, las especies, la
biodiversidad, &c., pero también es cierto que es el punto de partida de
algo que se va a plasmar en la propia «Carta» y es esto: que debe sustituir al
llamado Decálogo, a los Diez Mandamientos. Para no querer meterse en asuntos
religiosos, se están luciendo. Es una advertencia, ya se ve por dónde va. ¿Por
qué iba a ser incompatible una cosa con la otra…? Es mejor no hablar de compatibilidad
sino de sustitución.
La
«Carta» ya ha recibido culto público. Se escribió en papiro, como si fuera un
documento histórico antiguo, y se le construyó un arca que se llama “Arca de la
Esperanza”; que pretende sustituir a la
llamada “Arca de la Alianza”. Construida en maderas nobles, con escenas
ecológicas en los costados, se le hicieron unas angarillas para poderla
trasladar en procesión... Cualquiera que vea esas expresiones externas,
simbólicas, le suena como si dentro hubiera algo sagrado. Si pasean la «Carta»
en un Arca de tal efecto de manera procesional y la llevan hasta la sede de la
ONU, donde estuvo depositada, y de ahí a la cumbre de Johannesburgo… y dicen
que lo hacen “para que ilumine a los asistentes”… ¿Qué debemos suponer que nos
están contando…? Pues que nos están dando papiro… no sabemos si del bueno…
En
Hispanoamérica, aunque muchos no se enteran de lo que pasa, a poco que
analizaran el amparo que están recibiendo del ‘Colegio de Ingenieros’ verían
que, desde allí, llevan ya mucho tiempo vendiéndoles la moto del
neo-indigenismo y otras sectas varias. Un intento de buscar la raíz de lo ‘pre-colombino’
para que vuelvan a practicarlo. Se inocula muy fácil: se les convence de que
este tipo de creencias quedaron como ‘ocultas’, con la presencia española, y ya
es hora de que afloren porque ahora hay «Libertad». Los sacrificios humanos, de
momento y hasta que convenga, siguen guardados en el cajón. Lo importante, por
un lado, es la Pachamama y la Diosa Madre que los parió, los espíritus de los
Andes, &c. Y por otro, que el catolicismo sigue siendo, en el fondo, el
diablo del mediodía al que hay que ‘deconstruir’. Una idea magnífica recuperar
esas creencias ‘pre-colombinas’ y presentarlas como las propias de esos países,
en los que ya había un precedente de ese tipo de adoración panteísta. No se
escatima presupuesto.
En
última instancia la idea que subyace realmente es que los hombres (ya sean de
tipo A, B, C ó D), son el problema del planeta; son la ‘plaga’ de la que hay
que librar a la Tierra. Esto será útil, una vez asumido, para continuar con el
proceso de destrucción. Los hombres, en efecto, ni son ni tienen por qué ser el
centro; esto enlaza con otras políticas como las declaraciones de derechos, de
momento, de ciertos animales; proyecto gran simio, derechos del cetáceo o
derechos de la ameba a no más tardar…
Universidad
de Nebrija, 2014
El
innombrable, (ZP para los amigos), propuso en 2014, en la Universidad de
Nebrija, una “alianza permanente entre las confesiones religiosas” vinculada a
la ONU, para crear una “autoridad religiosa global” con dos principios: el
respeto al pluralismo religioso y la paz, libertad y condena de toda violencia.
Advirtiendo, eso sí, que para ser útil ese diálogo ecuménico no debe ser sólo
sobre la fe, sino estar abierto a la sociedad. Esto significa que tal diálogo
debe llevarse a cabo con las organizaciones feministas, porque las religiones
“tienen un problema” con los derechos de las mujeres y que este asunto tiene
“gran influencia en la forma de entender la vida”. Si a esto le unimos una de
sus famosas sentencias: “Quiero a Bambi” (de Walt Disney), tenemos un cuadro aproximado
del personaje. ¿Está solo este elemento cuando se lanza a estas piscinas…? En
absoluto. Al parecer en 2015, durante una conferencia sobre feminismo en el
Lincoln Center de Manhattan, Hilaria Clinton declaraba: “Los códigos culturales
profundamente enraizados, las creencias religiosas y las fobias estructurales
han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para
redefinir los dogmas religiosos tradicionales”.
Es
imposible abordar las infinitas aristas que estos asuntos conllevan y mucho
menos agotarlos. A modo de muestra, sirvan las palabras del Presidente de la
Asamblea General de la O.N.U., al iniciarse en junio de 2009 la conferencia de
Alto Nivel sobre la Crisis Financiera y Económica Mundial y Su Impacto Sobre el
Desarrollo, que vino a decir al respecto:
“Una
ética nueva presupone una óptica nueva. Es decir, una visión del mundo
diferente origina, también, una ética diferente, una forma nueva de
interrelacionarnos. […] Crece más y más la conciencia de que todos somos hijos
e hijas de la Tierra y a ella pertenecemos. […] De esta nueva óptica nace una
nueva ética. Una nueva forma de interrelacionarnos con todos los que viven en
nuestra morada humana y con la naturaleza circundante. Hoy la ética o será
planetaria o no será ética…” Siendo su conclusión: “Para terminar, quiero
testimoniar mi profunda convicción de que el escenario actual no es de tragedia
sino de crisis. La tragedia termina mal con una Tierra desbastada pero que puede
continuar sin nosotros. La crisis purifica, nos hace madurar y encontrar formas
de superación satisfactorias para toda la comunidad de vida, del ser humano y
de la Tierra. El actual dolor no es el estertor de un moribundo, sino el dolor
de un nuevo parto…”
Esta
nueva ética, como es lógico, está vaciada totalmente de la idea de Dios; cosa
que estaría muy bien si hubiera existido una preparación previa, porque a falta
de ésta, lo que en realidad crece como las esporas son las brujas televisivas,
futurólogos de todo pelaje, abrazadores de árboles profesionales, toneladas de
superstición, &c. Bueno, esa es la idea que realmente buscan, para qué
extrañarse. Se trataría de hacer una Ética consensuada, basándose en principios
supuestamente democráticos (fundamentalistas en realidad). De hecho son muy
pocos los que deciden y, como en el caso de la «Ideología de Género» o la
«Carta de la Tierra», pobre del que no vea esto como lo correcto. Ya no habrá
más conflictos a causa de la religión. ¿No es genial…? Otra versión del «Fin de
la Historia». Probablemente ya estará todo consensuado.
En
el fondo, lo que sobra aquí de manera general no es la ‘religión’ en abstracto
(hay tantas, ¿verdad…?), sino toda religión llamada «Revelada»; más
concretamente todo lo que huela a ‘Cristianismo’ y de manera más específica,
como ya se ha dicho, el diablo del mediodía ‘Católico’. Es el enemigo a batir.
Ya vendrán después otras fases en las que arrinconar al resto de cristianos,
hombres islamizados y judaísmo… que quizás piensen equivocadamente que esto no
va con ellos; más aún, a tenor de lo que hacen o expresan muchos de ellos,
hasta podrían estar siendo utilizados para tal fin: las sectas ortodoxas van un
poco a su aire, los protestantes no serían nada sin los católicos (son su razón
de existir), a muchos judíos les basta la idea-fuerza «Expulsión» (curiosamente
sólo la española; el resto de expulsiones las sobrevuelan) y los hombres
islamizados, con cortar cabezas, están al cabo de la calle. Hay mucha
colaboración incluso entre elementos católicos: Roma y pederastia van de la
mano en muchas ocasiones. No sabemos cómo actuarán cuando «pederastia» deje de
estar mal visto, cada vez falta menos, pero seguro que algo encontrarán; estará
mal visto ser «Pederófobo».
En
Roma, que serán lo que se quiera pero tienen muy pocos pelos de tontos, no
comulgan con este tipo de consensos y, como es lógico, tienen su propia versión
de los hechos y de lo que debería ser una «Ética Universal». Las raíces de este
asunto podríamos encontrarlas, en parte, en la ilustración radical francesa que
ya define la ‘Revelación’ como algo rechazable, se ha ido desarrollando durante
todo el XIX y principios del XX, luego ya ha venido la ‘Nueva Era’ y han venido
todos confluyendo así, de manera sectaria, dando a luz al nuevo «Ser Humano»
que es en lo que estamos.
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