Hajj Muhammad Amin al-Husayni –también transcrito Husseini, Hussaini, &c.– (1895-1974), fue un líder nacionalista árabe palestino y un líder religioso musulmán; siendo el Gran Muftí de Jerusalén desde 1921 hasta la independencia del Estado de Israel. Militante anti-judío, fue el principal aliado árabe del Tercer Reich. Yasser Arafat, de quien se dice era su sobrino o muy cercano a él, intentaría continuar su obra años después.
Nació en 1895 en Jerusalén, aunque hay fuentes que sitúan la fecha en 1893. Fue miembro de una de las familias musulmanas más prominentes de Jerusalén. En 1913, con 18 años, viajó en peregrinación a La Meca, de ahí el tratamiento honorífico de Hajj. Sirvió en el Ejército otomano durante la I Guerra Mundial. En 1921, bajo el mandato británico, el alto comisionado le indultó y le nombró «Gran Muftí de Jerusalén». En 1922 fue elegido presidente del Consejo Supremo Musulmán.
Encabezó las revueltas árabes de 1929 y de 1936 que dieron lugar a sendas masacres contra los judíos palestinos, la primera de ellas conocida como matanza de Hebrón. Desempeñó un papel destacado en la formación de los primeros movimientos terroristas árabes que atacaban a los judíos y a los británicos para oponerse al establecimiento de un Estado judío en el Mandato Británico de Palestina.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, se alió con el Tercer Reich, ayudando a reclutar musulmanes bosnios y croatas para las Waffen-SS en la 13ª División de Montaña SS Handschar. Esta División fue célebre por las masacres particularmente bárbaras cometidas contra los partisanos yugoslavos. Husseini intentó convencer a Hitler para ampliar el exterminio de judíos al Magreb y a Palestina. También propuso que la aviación alemana bombardeara Tel-Aviv. Permaneció como invitado del Tercer Reich hasta poco antes de su capitulación. Trató de escapar a Suiza, pero fue rechazado en la frontera, entrando en Francia, donde permaneció un año bajo vigilancia domiciliaria.
Escapó de la vigilancia en 1946 y llegó a El Cairo, donde pidió asilo político y asumió el mando de un recién creado Alto Ejecutivo Árabe, desde donde continuó su activismo antiisraelí. Los sionistas solicitaron a Gran Bretaña su extradición para juzgarlo como criminal de guerra. Sin embargo, los aliados no hicieron nada para ello, debido al prestigio de Husseini en el mundo árabe. Yugoslavia, que había sufrido sus matanzas, también lo intentó, pero la Liga Árabe y el gobierno egipcio detuvieron una vez más la demanda de extradición.
Murió en Beirut (Líbano) en 1974, sin poder ser enterrado en Jerusalén como era su deseo debido a la negativa del gobierno israelí. Su huella en el movimiento nacional palestino fue profunda. Yasser Arafat (cuyo verdadero nombre es Muhammad Abd ar-Ra'uf Quduwa al-Husseini), que se inició combatiendo contra Israel a sus órdenes, lo alabó públicamente en diversas ocasiones, la última en una entrevista en agosto de 2002 en Al Sharq al Awsat, donde le calificó como «nuestro héroe».
Nació en 1895 en Jerusalén, aunque hay fuentes que sitúan la fecha en 1893. Fue miembro de una de las familias musulmanas más prominentes de Jerusalén. En 1913, con 18 años, viajó en peregrinación a La Meca, de ahí el tratamiento honorífico de Hajj. Sirvió en el Ejército otomano durante la I Guerra Mundial. En 1921, bajo el mandato británico, el alto comisionado le indultó y le nombró «Gran Muftí de Jerusalén». En 1922 fue elegido presidente del Consejo Supremo Musulmán.
Encabezó las revueltas árabes de 1929 y de 1936 que dieron lugar a sendas masacres contra los judíos palestinos, la primera de ellas conocida como matanza de Hebrón. Desempeñó un papel destacado en la formación de los primeros movimientos terroristas árabes que atacaban a los judíos y a los británicos para oponerse al establecimiento de un Estado judío en el Mandato Británico de Palestina.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, se alió con el Tercer Reich, ayudando a reclutar musulmanes bosnios y croatas para las Waffen-SS en la 13ª División de Montaña SS Handschar. Esta División fue célebre por las masacres particularmente bárbaras cometidas contra los partisanos yugoslavos. Husseini intentó convencer a Hitler para ampliar el exterminio de judíos al Magreb y a Palestina. También propuso que la aviación alemana bombardeara Tel-Aviv. Permaneció como invitado del Tercer Reich hasta poco antes de su capitulación. Trató de escapar a Suiza, pero fue rechazado en la frontera, entrando en Francia, donde permaneció un año bajo vigilancia domiciliaria.
Escapó de la vigilancia en 1946 y llegó a El Cairo, donde pidió asilo político y asumió el mando de un recién creado Alto Ejecutivo Árabe, desde donde continuó su activismo antiisraelí. Los sionistas solicitaron a Gran Bretaña su extradición para juzgarlo como criminal de guerra. Sin embargo, los aliados no hicieron nada para ello, debido al prestigio de Husseini en el mundo árabe. Yugoslavia, que había sufrido sus matanzas, también lo intentó, pero la Liga Árabe y el gobierno egipcio detuvieron una vez más la demanda de extradición.
Murió en Beirut (Líbano) en 1974, sin poder ser enterrado en Jerusalén como era su deseo debido a la negativa del gobierno israelí. Su huella en el movimiento nacional palestino fue profunda. Yasser Arafat (cuyo verdadero nombre es Muhammad Abd ar-Ra'uf Quduwa al-Husseini), que se inició combatiendo contra Israel a sus órdenes, lo alabó públicamente en diversas ocasiones, la última en una entrevista en agosto de 2002 en Al Sharq al Awsat, donde le calificó como «nuestro héroe».
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